
No recordaba esta foto. Preparando una selección para un marco digital que vamos a regalar a mis padres, ha aparecido entre otras fotografías que tomamos en Asturias en el verano del 2007. Era el segundo día de aquellas largas vacaciones, al atardecer, nada más llegar al Cantábrico. La playa de Navia se extiende en la margen derecha del río, una lengua de arena gris que cierra un pequeño humedal entre el acantilado y la desembocadura. Estabamos cansados de tanto coche y lluvia y apenas pudimos sentarnos en la arena unos minutos, los justos para disfrutar del atardecer sobre la arena mojada. Un día gris que dio paso a unas vacaciones luminosas.
Cuando las casualidades encajan: http://evacromatica.blogspot.com/2008/11/la-montaa-laborable.html
ResponderEliminarParece una acuarela.
ResponderEliminarSin duda, hay paisajes grises y la vez acogedores. Los hay hasta evocadores. Éste es uno de ellos. Para mí. Para nosotros.
ResponderEliminarA mí me inspira optimismo, parece estar diciendo que aunque el tiempo esté negro, todavía queda esperanza.
ResponderEliminarEl optimismo es un recurso renovable.
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