Sobre Jenofonte y su Anábasis supe por una crítica a propósito de un par de novelas recientes que recrean lo que allí se cuenta. El libro narra las aventuras de un ejercito griego perdido en territorio de su mortal enemigo, el imperio persa, allá por el siglo IV antes de cristo. Inmediatamente quise saber como se las arreglaron para sobrevivir a semejante prueba. Quería saberlo de primera mano, del propio Jenofonte, del estratega que, asesinados los lideres de la expedición, tiene que asumir el mando de un ejercito hambriento y desmoralizado en territorio enemigo con la misión de salvarlo de la muerte segura.
Sobre Javier Reverte y La aventura de viajar, como en otras ocasiones, el libro vino a mi encuentro tras saltar a mis manos del armario 0-32 de la biblioteca. Es un tratado sobre el viajar como terapia contra la ignorancia y el chovinismo. Lo maravilloso de su lectura es que me ha abierto el apetito por leer el resto de sus libros. Un auténtico regalo contra el sedentarismo.
Jenofonte y Javier Reverte poco tienen en común. Quizá que ambos han sentido la pasión por narrar sus aventuras, aunque por motivos bien diferentes. O quizá que coincidieron en mi mesita de noche para alimentar mi imaginación durante el mes de marzo. Lo mejor de todo es, como afirma un amigo, que:
"Es útil saber leer y hacerlo porque lo que leemos nos enseña dónde poner la atención fuera de la lectura. Nada tratado en los libros se aprende en ellos sino fuera de ellos".
"Nada tratado en los libros se aprende en ellos sino fuera de ellos".
ResponderEliminarCompleto o añado libros, cine, arte en general.
No sé si estoy de acuerdo porque últimamente tengo la sensación de que no me entiendo, y es en ellos donde encuentro explicación a lo que hago, a lo que siento, se han convertido en diccionarios donde consultar definiciones anímicas.
No me hagas mucho caso, hoy estoy densa, será por la tormenta que se está formando, por cierto, acaba de caer una gota sobre la tecla del ordenador que contiene la admiración y la interrogación...je, casualidades.
En este caso que comentas quizá podríamos darle la vuelta a la frase, que quedaría así: "Es útil vivir y hacerlo porque lo que vivimos nos enseña dónde poner la atención dentro de la lectura"
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