Los vientos son hijos del Sol. Fluyen. Sin él no serían más que caóticas sopas de moléculas sin vida. Atraparlos, tejerlos y liberarlos, esa es nuestra misión.

martes, 5 de mayo de 2009

Brisa permanente y fresca



Abro el libro por una página cualquiera, por ejemplo, la 108: "La familia del director de orquesta semejaba un lago tranquilo con brisa permanente y fresca". Pruebo otra, y ahora el libro se abre por la 15: "Era una noche, clara, fresca, casi invernal; la tierra todavía no estaba helada, pero sí que lo estaba el cielo". Pruebo una tercera vez -no hay dos sin tres- y el azar me lleva a la página 38: "Una revolución no se desmorona -decía Krudrinski- porque no tiene límites. El océano no tiene límites, ni el fuego [...] Así es la revolución, no tiene cuerpo; si es como el fuego, su cuerpo es la llama; o el fluir si es como el agua."

Cierro el libro definitivamente. Este fin de semana se lo devolveré a su dueño. Creo que lo compró, o quizá ni eso, pues estos libros le saltan a las manos cuando llegan al almacén, no los compra en librería. Él se los lleva a casa para oler sus aromas nuevos de imprenta, hojearlos, mimarlos un poco, a ver si al airearlos descubren alguno de sus secretos. Son las ventajas de ser del gremio y tener pasión por ello. Yo me aprovecho como puedo, arrebatándoselos mientras hacen cola en su mesa, para devolverlos repletos de lecturas, a la espera de una nueva ocasión de leerlos.

2 comentarios:

  1. Somos afortunados por tener un papá oso cuentacuentos... sin lugar a dudas.

    Besos miles.

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