Los vientos son hijos del Sol. Fluyen. Sin él no serían más que caóticas sopas de moléculas sin vida. Atraparlos, tejerlos y liberarlos, esa es nuestra misión.

sábado, 28 de febrero de 2009

El Informe "Finis Africae"

28 de Febrero. Lleva lloviendo desde primeras horas de la mañana.



Lo primero que he hecho al levantarme ha sido terminar de leer el libro. Es el segundo que termino esta semana. Antes lo fue "El Nombre de la Rosa": saltó de la estantería y se cruzó en mis lecturas; es un poco gamberro; esto lo suele hacer cada dos o tres años; actúa a modo de placebo; literalmente.




El otro, el de hoy, no sabe saltar desde estanterías pues esta cualidad no es propia de los libros recientes. Pero también se ha buscado un hueco inesperado y sorprendente en mi tiempo libre, como lo hizo La nieta del señor Lihn hace unas semanas. En la primera página reza una dedicatoria escrita con bolígrafo azul y dirigida al dueño del libro: "Este es un libro duro y brillante, como los diamantes ...". Nada más que decir.









28 de Febrero. Sigue lloviendo pero la mañana no es triste. Los campos se preparan para la primavera, se preñan de lluvia y buenos deseos. También de buenas lecturas.

2 comentarios:

  1. ¿Saltó de la estantería,se cruzó por tu camino?...di la verdad, fue el mono por saborear el margen superior derecho de cada hoja.El veneno de la lectura.chao

    ResponderEliminar
  2. En el pasado, este libro fue mi compañía durante una temporada que pasé en cama con la espalda "torcida". Entre voltaren y voltaren, Guillermo y Adso aplacaron los espasmos musculares y acabaron por abducirme. Después, con algo más de puntería literaria, vinieron Baudulino y La Isla del Día Después, aunque nunca con la intensidad de esta primera lectura de Eco. Sin duda, es el veneno de la lectura, que calma los ánimos y los dolores como buen droga que es.

    ResponderEliminar