
Es muy fácil verlos. Acercarse a ellos conlleva una hora y pico de marcha (algo más con niños) partiendo del Preventorio, en las cercanías de Alcoy. El camino serpentea entre veredas cuajadas de tomillo, romero y hermosos bosquecillos de pino y carrasca. A medio camino, se tiene el aliciente de encontrar la Hermita de San Cristofol y su enorme cruz de hierro forjado, dominando un promontorio con unas magníficas vistas de la ciudad.

Desde allí un cartel indica el camino a seguir para alcanzar el otero desde donde contemplar el planeo de los buitres sobre el Barranco del Sinc. Desde el mismo, en un día claro, se puede divisar el Mar Mediterráneo, al final del valle, suspendido de forma mágica sobre el pantano de Beniarrés. En invierno, sus aguas cálidas preñan de humedad los vientos para que así las nubes agolpadas dejen caer sus aguas en forma de lluvia o nieve sobre estas tierras. De ello se aprovechan una miríada de cumbres que en el horizonte se suceden como dientes de sierra: la Serreta, Aitana, la Carrasqueta, el Menechador, el Mont Cabrer, …

Contemplando las aves, nos preguntamos que daño pudo hacer a los hombres el vuelo majestuoso de los buitres sobre los picos y barrancos de esta tierra para que durante cien años no hubieran sido echados de menos. Esta vez la respuesta no la trajo el viento. Nos fue dada con antelación. Nuestro hijo ha crecido creyendo que los animales y las plantas tienen los mismos derechos que los hombres. Verlo disfrutar del espectáculo de la vida ha sido siempre la respuesta a esas preguntas que jamás deberían haber sido formuladas por los hombres por innecesarias.

(Gracias a Ana y Georgina por hacer el camino de vuelta más hermoso, si cabe, con sus precisas indicaciones. La comida en La Fuente de los Patos fue estupenda).
Con tu permiso, tomo nota. Siempre es un placer descubrir lugares nuevos y, por tus palabras, este promete ser fantástico. Bonitas fotos!
ResponderEliminarUn saludo escrito a mano
Me ha encantado tu ruta ( tomo nota), y la descripción de la misma, hiperrealista. He recordado los relatos de Gerald Durrel.
ResponderEliminarMe encanta andar por el monte, es en el único lugar en el que libero endorfinas.
Hace años tres amigos me iniciaron en la ornitología. Recorrí con ellos campos, montes, salinas, lagunas…Me hice con el kit básico que con el tiempo mejoré, unos prismáticos rusos de mi padre, la guía Peterson y un telescopio regalo de Mario.
Reconocer a un petirrojo, un carbonero, un vuelve piedras ,un tarro blanco quedarte quieto, en silencio, observando …y notar el hormigueo de la sangre caliente, excitada, bombeada hasta en centro de la emoción, puff.
Todos los años en verano, pasamos unos días en un pueblo de Cuenca, Uña, es increíblemente bello, míralo tu mismo http://www.ayuntamientouna.org/portal/lang__es-ES/tabid__7743/default.aspx .
Su cielo está plagado de buitres leonados. Hacemos rutas para acercarnos a las buitreras y observarlos. Los vemos ascender aprovechando las corrientes de aire, poco a poco hasta que sobrepasan nuestras cabezas, y ahí quedan suspendidos, ellos y nosotros. En fin, que te puedo decir que no sepas.
En el Parque Nacional de Monfragüe tuve el placer de conocer al buitre negro, y a la cigüeña negra…pasé los días con el diafragma de la pupila en f1(abertura total).
Desde que tuve a las niñas no he vuelto a sacar el telescopio. Lo intenté pero espantaron a todo ser viviente, faltó que se enrollara el paisaje tipo los estores de los dibujos animados.
Saludazo
Gracias a ambas por los comentarios.
ResponderEliminarEva, por Uña he pasado pero sin detenerme. Vista la WEB y leídos tus comentarios, tomo buena nota. Ay, ¡Tengo unas ganas increibles de perderme unos días en las montañas de Cuenca o Teruel!.
Entiendo tu pasión por la aves. Yo la tengo por todo lo que vuela, sea natural o artificial. Tus comentarios me ha traído a la memoria el recuerdo de algunas tardes de fin de semana por los humedales de Alicante, persiguiendo fotografiar cigüeñuelas y flamencos. ¡Hasta me compré un zoom 100/300 de segunda mano para la cámara!.
Seguiremos disfrutando de estas cosas, que nuestros hijos nos lo acabarán agradeciendo.
saludazo x2